John Linnell
(Londres, 16 de junio de 1792 - Redhill, Surrey, 20 de enero de 1882)
El paisajista y retratista John Linnell aprendió a pintar copiando los cuadros de paisajes y animales del conocido pintor de género George Nordland para su padre, James, quien era tallado, fabricante de marcos y marchante. A través de su padre, John conoció a varios artistas influyentes, entre ellos Benjamin West. En 1805 ingresó en las escuelas de la Royal Academy, donde estudió con el paisajista John Varley, maestro de renombre; allí permaneció hasta 1811. Siguiendo su interés en la teología natural, Linnell pintaba paisajes de espíritu visionario como reflejo de su devoción ante la creación de Dios. Entre 1813 y 1820 aportó 52 obras de la Society of Painters in Oil and Watercolors. En 1818 Linnell conoció a William Blake y entre ellos se forjó una sólida amistad y relación de trabajo cimentada en sus creencias comunes, tantos religioso-ambo creían en la revelación divina directa-como artística. En 1823 Linnell le encargó a Blake los grabados de las "Ilustraciones del Libro de Job"(1825) y en 1824 una serie de ilustraciones en acuarela para "La divina comedia" de Dante (1825). Linnell no solo proporcionó a Blake un ingreso regular, sino que incluso hizo los arreglos de su funeral en 1827. En 1822 Linnell conoció a Samuel Palmer y se lo presentó a Blake en 1824; fueron ellos quienes inspiraron a Palmer en su exploración mística del paisaje inglés. Linnell también apoyó a Palmer con varios encargos. Para 1835, Linnell se había dedicado al retratismo como medio para mantener a sus nueve hijos. Entre 1824 y 1846, casi todas las obras que sometió a la Royal Academy fueron retratos. Por cierto, a pesar de haber expuesto pinturas en la Academia casi todos los años entre 1821 y 1881, nunca lo eligieron miembro, en parte quizá por los rumores sobre su tacañería (Linnell atribuía esta reputación de mezquino a los chismes de John Constable), pero también posiblemente por su carácter orgulloso y terco. En 1847 se trasladó a Redhill, en Surrey, y de ahí en adelante se dedicó a pintar paisajes pastorales idealizados, poblados de campesinos en sus labores, que gozaban de mucha popularidad entre sus clientes. Es muy probable que Linnell, siendo tan devoto, hubiera querido hacer más pinturas religiosas, como su magnífica "La víspera del diluvio"(1848, Cleveland Museum of Art), pero esa opción no era viable en términos comerciales.